Gardel Silence Pebetes, a photo by Oeste Tango on Flickr.
Pagina a favor del hacer respetuoso silencio a la hora de escuchar Musica.
"El Motivo":
Segun lo conversado con varios amigos, entre ellos J.C. Cobian, concluimos en que el público está murmurando mucho mientras desarrollamos nuestra música. Hemos intentado a travez de distintos medios aplacar ese zumbido de abejas, ya sea con un gesto sutil, un sonido bruto o una mirada profunda bien dirigida. Incluso probamos con infructuosos bailes eróticos representados por balarinas profesionales o por nosotros, según el presupuesto; pero nada che.
Comprenderán que este simple disfraz no es nada comparado a las inumerables humillaciones a las que nos hemos sometido. Víctimas de nuestra equívoca imaginación pero más víctimas aún del inexorable público.
Sorprendentemente notamos que, en la medida en que nos presentamos sobre el escenario, el murmullo aumenta y, en una investigación más profunda, con la complicidad de oyentes amigos; comprobamos que las conversaciones en nada se remiten a nuestra actividad artística sino que ésta última insentiva la charla vanal, sin que en rigor importe escuchar lo que dice uno o el otro, como en tantos otros casos de la comunición contemporánea y que estas conversaciones decaen en nuestra ausencia.
Nos Preguntamos entonces: ¿Por qué aquel que por voluntad propia acude a un espectáculo decide ignorarlo en el momento mismo en que éste se comienza a desarrollar?, ¿Por qué pretende el charleta llamar la atención de manera desmesurada? ¿Por qué no aprovecha, aquel que visita otro país, la extraordinaria oportunidad de conocer otra cultura?, ¿No sería más amigable intercambiar nustras opiniones tomando una copa de vino, cuando termina la presentación? La respuesta es obvia: mmmmmmmmmmmmmmmuurrrrrrrrrrrrrrrrrrmmmmmmmmmllllllllllllooooooooooooooooo.......
La música es un Lenguaje. Un lenguaje abstracto, universal ... mágico. Hay quienes creemos que es una ventana al cielo, y ante tan maravilloso hallazgo, nos disponemos a compartir esa mirada.
Aquellas cotorras parlanchinas perjudican la situación en varios sentidos. Dijimos que la música es un lenguaje, por lo tanto es de locos que hablemos unos encima de otros. Y más allá de su desinterés y de perderse la fantástica ocación de contemplar el vaivén sonoro del éter, malversan la vibración espiritual del artista e interrumpen el mensaje, que a lo mejor, sí quiere ser recibido por otro espectador. Es entonces nuestra responsabilidad poner en relieve esta problemática. Hemos decidido crear este foro para volcar nuestras opiniones que son mas de las que apenas se han mencionado.
Y nos enbanderamos bajo la consigna: Shhhh ... Silence Pebetes ...